Las
velas se utilizan en los velatorios independientemente del dogma cultural. En
Japón las lamparillas brillan desde hace siglos honrando a los seres queridos
igual que sucede en los mausoleos de Finlandia, por ejemplo. Es decir: La cera
moldeada con una mecha en su interior para prenderla y que destelle, hasta que
se consuma, no es algo únicamente occidental. Falta muy poco para la llegada de
Halloween. Durante la víspera de dicha festividad algunas calabazas decorativas
con cirio en su interior alumbrarán en la oscuridad cómo símbolo costumbrista.
Y algunas velas son originales e incluso verdaderas obras de arte. Ya que hay
un infinito muestrario en cuanto a formas geométricas de éstas. Las hay también
aromáticas; con motivos; en colores; divertidas; más solemnes; ecológicas; con
frases; más sencillas; etc.
Así,
si antiguamente eran para velar por los que ya no estaban y para iluminar las
viviendas porque no existía la electricidad, se les daría infinidad de usos y
así sigue siendo a día de hoy. Simbolizan la paz, el respeto, el duermevela; la
tranquilidad; decoración; aromatización; reflexión; romanticismo; toque de
ambientación y un tropel de utilidades. En fiestas de semana santa o navidad
aumentan las ventas de las velas, producto que se usa durante todo el año en
multitud de variados eventos. Hay forofos de las manualidades a quienes les
gusta diseñarlas directamente: Modelando la cera, introduciéndole la mecha para
su posterior encendido, y creándolas a su gusto. Algunas velas están
confeccionadas con un ingenio y talento agradable.
De
manera que no sólo se prenden para velorios si no para multitud de actos cómo
dije anteriormente.
La
ambientación de cualquier velatorio tiene muy presente dicho objeto fabricado
con cera entre el amargo atrezzo necesario para la amarga situación: La caja,
los cirios, el sudario, las telas enlutadas, el libro para la recogida de
firmas de los asistentes, la tila tan presente mientras se mira con pena al
fallecido; los asientos; la tos en la madrugada de los asistentes en pleno
silencio. Y en resumen la dramática escena en la que siempre hay alguna vela
presente. Ocurría en el pasado y supongo que seguirán zigzagueando llamas en
otros fatídicos acompañamientos.