Casi
a finales del siglo pasado muchos investigadores y también grupos de no
profesionales vieron bien colocar magnetófonos en camposantos con la intención
de grabar algún sonido de otros seres. Surgieron programas donde se ofrecía la
grabación de espectros que pese a estar en silencio, en esas cassettes dejaban
algún mensaje o palabras. Con los adelantos de las cámaras sensoras de vídeo
también se pretendía obtener imágenes o escenas fantasmagóricas. Pero para
muchos incrédulos surgen algunas preguntas cómo: ¿Por qué se iba a dejar
constancia de esos sonidos en una grabadora y en cambio sin ella todo es
silencio absoluto? ¿Por qué nuestros ojos no visualizan esos entes y en cambio
si se filman con cámaras especiales sí se dejan ver? Muchos estudiosos del tema
aseguran que las psicofonías son herramientas fiables, mientras que los
escépticos hacen hincapié en que se trata de montajes o fuerza sugestiva.
Respecto al tema de fotografías y grabaciones de vídeo en los cementerios están
quienes aseguran que el contenido es real, mientras que los detractores se
amparan en que si no se dejan ver dichas entidades tampoco lo van a hacer ante
una cámara y cuanto menos que, qué casualidad que ante la aparición dio la
sospechosa casualidad de que el fotógrafo llevaba teleobjetivos junto con él en
ese preciso instante. Cómo en todo siempre hay defensores y negados a la
credibilidad de que lo grabado es o no cierto. Y en el siglo actual todavía se
preguntan muchos si todo será un trucaje de sonidos o efectos especiales o si realmente
lo captado es tan cierto cómo el sol que nos alumbra. Opiniones para todos los
gustos. ¿Verdad o mentira? Tal vez algún día se sabrá.