Mi egoísmo prefiere sea yo quien se consuma
a que perezcan mis personas necesarias.
No quiero sufrir por los demás, eso abruma.
Da igual me lloren pocas o sean varias.
Respeto las últimas voluntades de los míos.
Quiero ser cenizas sin reposar en camposanto.
Lanzarme al aire aunque llueva o haga frío.
Que el viento me envuelva entre su manto.
No me aterra el último viaje.
Si no el sufrir cuando esto acabe.
Todos ordenamos el último equipaje
y el cómo ha de ser nadie lo sabe.
Dudo veamos a los que marcharon.
No sabemos nada de lo dicho.
Nuestra voluntad arrancaron.
Y nada será a nuestro capricho.
¿Cómo será ese lugar?
Casi nada sabemos.
No lo quiero ni pensar.
Todo lo desconocemos.
Y si es un descanso eterno.
Estará bien la partida.
Más si es todo un infierno
entristece la otra vida.
Pero mientras elucubramos
Qué pasará en ese tiempo,
mejor que nos divirtamos
y dejemos el lamento.