Sé
que los cementerios son lugares desagradables para la mayoría de gente. Pero
para primeros de noviembre hay que reconocer que las flores que muchas personas
dejan son muy diversas, feas y también preciosas y bien preparadas en tarrinas,
ramos, sueltas, adocenadas dentro de algunas diversidades. Se puede ver todo
tipo de claveles respecto a tamaños y colores; aunque abunde el crisantemo
también hay rosas de todos los gustos y muchas de ellas son preciosas; las
coronas han avanzado mucho respecto a las de antaño ya que actualmente se
diseñan con variedad de especies florales entremezcladas: azucenas, gladiolos,
lirios, etc. De manera que dentro de que el panorama de por sí no sea
alentador, ofrece una espectacular visión floral, con bonitas cruces tapizadas
botánicamente. El arte floral es tan variopinto que las macetas de exterior en
algunos casos también ornamentan nichos, capillas o fosas. Las floristerías
durante esas vísperas hacen posible que sus clientes salgan agradecidos con
ramos o tallos sueltos, bonitos de verdad por su colorido.
Si
ese día hace sol, las flores brillarán ofreciendo su cromatismo maravilloso a
los visitantes; y caso de que se trate de un día nebuloso, la entremezcla
botánica también da cierto tono agradable. Para navidades las flores y plantas
seguirán siendo, porque lo son durante todo el año, protagonistas, alegrando
nuestros hogares cómo en breve decorarán esos cementerios de los que hablo.