Los porteros de edificios también
llamados conserjes hacen una labor, la mayoría de ellos, muy de agradecer por
los vecinos. Cuando el propietario de alguna de las viviendas del bloque o
familiar directo de éste, fallece, siempre hay un encargado de la portería que
tiene un detalle muy de agradecer. Suelen poner una nota en un lugar visible
para que todos los vecinos la lean, indicando la persona del edificio que ha
fallecido, así cómo donde serán el velatorio, hora y lugar de la misa y
entierro. Es una forma muy útil de avisar a los demás sobre todo en fincas de
ciudades, con muchas plantas o pisos, donde resulta imposible coincidir con los
vecinos y que al dejar una nota en el edificio posibilita que la gente
interesada en acudir al acto se mantenga informada. Y es que el trabajo de
portero o conserje de escalera es además de digno de vital importancia. No sólo
para vigilar quien entra y quien sale del edificio; o velar por la
correspondencia de los propietarios, ni tampoco por encargarse de avisar al
técnico del ascensor si éste se avería. Si no que también, cuando alguien
fallece, informan al resto de vecinos por si desean dar las condolencias a los
familiares directos. Gracias a esta otra gran labor que vienen realizando desde
hace muchos años posibilita que en momentos desagradables se acerquen los
vecinos a dar sus condolencias, enterados por el conserje. Hay en cambio
edificios más individualistas donde dicha costumbre no se expresa en el tablón
de actos. Pero en la mayoría de escaleras es de agradecer que pongan sobre
aviso a toda la vecindad sobre lo acaecido por si desean cumplir con los
familiares. Tanto los porteros (conserjes con casa dentro del edificio) cómo
los conserjes son muy útiles en los bloques de vecinos. Siempre atentos.
Siempre velando por los demás. Siempre ayudando.